miércoles, 21 de noviembre de 2007

Monstruos y prodigios


El pasado mes de julio fue desenterrado Carlo Broschi, contratenor italiano más conocido como Farinelli que trabajo a las órdenes de la corte española y hasta llegó a ser nombrado primer ministro. Farinelli, conocido por la película del mismo título del belga Gérard Corbiau, es sin duda alguna el castrato más reputado de todos los tiempos, del cual se dice tenía un agudísimo y muy particular rango de voz con una potencia espectacular. Su exhumación fue realizada con el objetivo de estudiar las repercusiones de la castración sobre las cuerdas vocales y la laringe, así como a sus aspectos físicos.

Los castrati, como eran llamados los cantantes como Farinelli, fueron muy populares en la Europa durante el periodo que comprenden los siglos XVI y XVII hasta bien entrado el XIX, cuando la práctica de la castración fue totalmente prohibida. Alessandro Moreschi fue el último cantante castrado del cual se conservan archivos sonoros grabados en 1902.

Hace pocas semanas se estrenó una obra llamada Mostruos y Prodigios, dirigida por Claudio Valdés y que está recorriendo Europa, que recrea la vida de un castrato entre los siglos mencionados anteriormente. Aquí aparecen los castrati como los sex symbols de la época, que podían satisfacer a las mujeres sin riesgo de dejarlas embarazadas, por lo que eran considerados el ideal perfecto de amante. También aparecen en la obra escenas de hombres y mujeres que se desmayaban al oír estas melodiosas voces que parecían no eran de este mundo, de los caprichos notables que tenían o de sus jugueteos amorosos; por poner un ejemplo a Farinelli le gustaba seducir y hacer el amor como un cosaco, pero siempre remataba la faena su hermano.

El cometido de la obra es reconocer la brutalidad que había en la práctica de amputar los testículos a un niño y ver, pasados los años, si este valía para cantar o no. Más de cuatro mil niños que estaban enfrascados en la pobreza eran comprados a sus padres para ser castrados y recibir clases preparatorias de canto, sin que la mayoría una vez adultos sirvieran para interpretar y fueran dados de mano, consumiéndose en la pobreza y en el fracaso.

En estos tiempos sigue habiendo una elite de contratenores que actúan como los castrati aunque en realidad no lo sean. Y que usan el mismo repertorio y su voz es casi idéntica a la de estos genios líricos.
Philippe Jaroussky, David Daniels o Andreas Scholl son algunos de estos ejemplos, llamados castrados naturales por no haber sido sometidos a ningún tipo de intervención, aunque cantan así por la propia imposición de su voz.
Javier Medina, que interpreta la obra de Valdés, sin embargo puede cantar natural y fielmente como un castrato. Según dice, la gente se sorprende al escucharlo porque no se aventuran a resolver a qué género pertenece, si es hombre o mujer o si es un niño más crecido de la cuenta.
Causa tanta espectación como causaron estos extraños y misteriosos personajes siglos ha.

Los castrados fueron figuras trágicas y dramáticas que escondían tras de sí una etiqueta de juguetes humanos que habían sido creados por los propios hombres para el arte o mejor dicho para los incentivos económicos.
Por un lado guardan paralelismos hoy día con las estrellas de rock de nuestros días, eran los sex symbols de la época como las estrellas de Hollywood más cotizadas y por otro lado pendían de los hilos que manejaban los de arriba para explotarlos, como ocurre hoy día con tantos niños prodigio de estabilidad efímera.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Dos iguales para hoy: Diez años después de Dolly


Pronto no hará falta beber alcohol para ver doble; ni tampoco entrar en la sala de los espejos de cualquier feria de turno para verte repetido en contadas ocasiones, porque ya está aquí: la clonación humana.

Montones de veces hemos asistido al cine para ver películas que tenían como tema principal o se ha insinuado la clonación: Gattaca, El sexto día, Clonación, Mis dobles, mi mujer y yo, La isla, La ciudad de los niños perdidos, etc. Aunque quizá la más escalofriante de todas haya sido Los niños del Brasil que atiende a la posibilidad de clonar a una de las personalidades más diabólicas de la Historia Universal: Adolf Hitler.

Pues bien, hasta ahora se creía imposible traspasar esa barrera que parecía inquebrantable que era la de clonar embriones a partir de primates adultos. Sin embargo la Oregon of Health and Sciences University ha demostrado a partir de una investigación independiente que es totalmente posible. Al menos es lo que han publicado en un reportaje realizado para la revista Nature.

Este tema ha disparado la polémica de algunos sectores y organismos, entre ellos el Vaticano, que han pedido de forma explícita que la clonación embrionaria sea rotundamente prohibida.
El intento por conseguir un consenso mundial a favor de esta práctica ha fracasado. Entre otras cuestiones porque aún hay países en los que la religión tiene una presencia perseverante (véanse los países árabes, por ejemplo), otros son demasiado pobres para pensar en este tipo de cosas. A pesar de todo muchos países aprueban la clonación con fines terapéuticos y como manera de estudiar y frenar futuras enfermedades y problemas metabólicos.

Hace ya diez años de que la ovejita Dolly fuera presentada a la sociedad como avance científico. Tenía un año entonces, y el ovino animal dio la vuelta al mundo (polémica incluida) como el primer animal clonado de la Historia. Prácticamente esto no era cierto por dos motivos. El primero de ellos que ya se habían clonado otro tipo de animales como moscas de la fruta o ranas allá por los años 50; el segundo, porque Dolly no era del todo idéntica a su homóloga. Tenía fallos celulares, que provocaron la enfermedad que acabó con su vida en 2003.

Después de la oveja escocesa han clonado ya a cientos de especies como perros, gatos e incluso monos. También hemos visto algún que otro roedor que han desarrollado miembros humanos –como una oreja- en alguna parte de su cuerpo. El género humano cada vez está más cerca de hacerse un duplicado. Por una parte podría estar bien e incluso divertido ¿quién sabe?, por otro como en el caso de Los niños del Brasil podría ser fatal.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Tretas de mujer


Desde hace unas semanas y por primera vez en la historia de Argentina, una mujer ha sido elegida presidenta de la República; mandataria electa democráticamente, pero no la primera que dirige la Casa Rosada, ya que allá por los 70 gobernó el país del río de la Plata ‘Isabelita’ Perón -seudónimo de María Estela Martínez- que ocupó el sillón de su marido Juan Domingo Perón después de que este feneciera en 1974. Sin embargo, y pese a que fue Isabelita la única mujer que había presidido la nación, fue otra esposa de Perón, Evita, la que tuvo la capacidad de llamar a las masas porteñas, la madre del feminismo peronista, que sirvió de estrecho enlace del gobierno con los sindicatos y fue baluarte del mismo en el plano de las relaciones internacionales.

Con esta última (archiconocida por el musical de Lloyd Webber) se la compara a Cristina Fernández de Kirchner, nueva presidenta de una argentina en plena reconstrucción económica que ha funcionado en la legislatura de su esposo de la misma manera que la actriz de bruñidos bucles, intermediaria, consejera, portavoz y cara publicitaria del partido.

A Cristina le gusta coquetear con la prensa, con el mundo de la política y con los electores. Se habló antes del cierre de las urnas, sobre su candidatura, que no se le podía pedir que tomara las riendas de un país con hambre y problemas económicos a una mujer que tarda más de una hora en emperifollarse. Que se preocupa más de cómo va a salir en una foto y cuidar el maquillaje que cubre sus ya inminentes arrugas –síndrome de Sissi-, sin perder en ningún momento esa fotogenia que la caracteriza, como ocurrió otrora también a Evita.

A la de Kirchner también se le ha comparado con Hillary Clinton, porque ambas han respaldado las campañas políticas de sus maridos y los han secundado de cara al pueblo, para crear su imagen, y posteriormente han establecido un hueco dentro del panorama político respectivamente de cada uno de sus países. Para fortuna de la argentina ella ya maneja los hilos de la república, pero por el contrario la Clinton aún espera ansiosa que su partido la designe para poder luchar en las futuras elecciones.

El papel de la mujer en la política ha ido en aumento durante los últimos tiempos, cada vez son más influyentes, manejan altos cargos con una soltura infalible, y en alguna que otra ocasión han gobernado una nación. Margaret ‘dama de hierro’ Thatcher fue el primer prototipo de mujer-gobierno en Gran Bretaña; Angela Merkel lo es en Alemania; Ségolène Royal probó suerte en Francia y Manuela Gretkowska intentó por su lado entrar a formar parte del gabinete de gobierno polaco a lomos de su partido feminista. Recuérdese del mismo modo la carrera política de Illona Staller, alias Cicciolina, que no dudó en enseñar sus sinuosos pechos para conseguir votos u ofertarse en cuerpo (y no en alma) a Saddam Husein con el fin de conseguir la paz en Oriente Medio.