martes, 18 de diciembre de 2007

¡Disparate!: Los Goya tornan a Godoy


Si Carlos Saura dirigió ¡Dispara!, nuestra señora presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España dirigió en el día de ayer ¡Disparate!. Y es que es un verdadero disparate el cometido en las nominaciones de los Goya de este año, no hay modo alguno de saber por donde cogerlas.

Primeramente las categorías de actores forman un caótico desvarajuste: actores olvidados (Pilar López de Ayala como actriz; Manuela Vellés y Paula Echevarría como revelación; Ramón Barea como actor de reaparto,...), interpretes nominados en categorías equivocadas (Julián Villagrán, Nuria González, María Vázquez, Alfredo Landa, Emma Suárez,...). Segundo: ¿Por qué diablos se ha eliminado la categoría de mejor película europea? La Academia se defiende diciendo "es que nadie venía a recoger los premios", cuando es totalmente falso, siempre hay alguien que lo recoge, incluso la hermana de Woody Allen lo recogió hace un par de años cuando su hermano ganó con Match Point.

¿Y que ha pasado con la categoría de animación? La gran superproducción de Filmax Donkey Xote se ha quedado fuera, según dicen porque no se había proyectado en salas antes de noviembre, pero ¿qué me dicen de las nominadas? A excepción de Nocturna y Azur y Asmar el resto no se ha estrenado en el territorio nacional.
Betizu eta urrezko zintzarria es otra desabrida película de la cansina vaquita de la televisión vasca que ni siquiera está doblada al castellano y En busca de la piedra mágica es un film alemán nada más ni nada menos que de ¡2004!. Para colmo Azur y Asmar es francesa con baja producción española, y además de ser más mala que las bragas de mercadillo, no fue ni siquiera nominada al César (el Goya francés) en dicha categoría. Había un buen puñado de películas de animación para optar al cabezón del año y no se han escogido: Gritos en el pasillo que ha sido éxito mundial en festivales, Cristobal Molón simpáticas aventuras de insectos, El espíritu del bosque de los creadores de El bosque animado, o Missing Lynx.

Cambiando de tercio, la Academia debería cambiar el sistema de nominaciones y fijar las categorías en un número específico (¿no quedaron que eran cuatro? ¿pues porque algunas cuatro y otras cinco?).
Claro está que algo no va bien en la Academia, que González-Sinde está haciendo muy malas gestiones (el pase en diferido por televisión, la supresión de las pelis europeas, el problema ocurrido con los cortos que se iban a quedar fuera de la gala,...) y eso hay que frenarlo.
No han gustado nada las nominaciones. Cuando parecía que los Goya estaban a la altura de otros premios europeos como los César o los David di Donatello, estos han dado un paso hacia atrás.
Esperemos que vengan tiempos mejores.


Mejor película
El orfanato
Las 13 rosas
La soledad
Siete mesas de billar francés

Mejor película extranjera de habla hispana
La edad de la peseta, de Pavel Giroud. Cuba
Mariposa negra, de Francisco J. Lombarda. Perú
Padre Nuestro, de Rodrigo Sepúlveda. Chile
XXY, de Lucía Puenzo. Argentina

Mejor película de animación
Azur y Asmar, de Michel Ocelot
Betizu eta urrezko zintzarria, de Egoitz Rodríguez Olea
En busca de la piedra mágica, de Lenard F. Krawinkel y Holger Tappe
Nocturna, una aventura mágica, de Víctor Maldonado y Adriá García

Mejor dirección
Iciar Bollain por Mataharis
Emilio Martínez Lázaro por Las 13 rosas
Gracia Querejeta por Siete mesas de billar francés
Jaime Rosales por La soledad

Mejor director novel
Juan Antonio Bayona por El orfanato
Tom Fernández por La torre de Suso
David y Tristán Ulloa por Pudor
Félix Viscarret por Bajo las estrellas

Mejor intrepretación femenina protagonista
Maribel Verdú por Siete mesas de billar francés
Blanca Portillo por Siete mesas de billar francés
Belén Rueda por El orfanato
Emma Suárez por Bajo las estrellas

Mejor intrepretación masculina protagonista
Álvaro de Luna por El prado de las estrellas
Alberto San Juan por Bajo las estrellas
Tristán Ulloa por Mataharis
Alfredo landa por Luz de domingo

Mejor intrepretación femenina de reparto
Amparo Baró por Siete mesas de billar francés
Geraldine Chaplin por El orfanato
Nuria González por Mataharis
María Vázquez por Mataharis

Mejor intrepretación masculina de reparto
Raúl Arévalo por Siete mesas de billar francés
José Manuel Cervino por Las 13 rosas
Julián Villagrán por Bajo las estrellas
Emilio Gutiérrez Caba por La torre de Suso
Carlos Larrañaga por Luz de domingo

Mejor actriz revelación
Gala Évora por Lola, la película
Bárbara Goneaga por Oviedo Express
Nadia de Santiago por Las 13 rosas
Manuela Velasco por REC

Mejor actor revelación
Óscar Abad por El prado de las estrellas
Gonzalo de Castro por La torre de Suso
Roger Pincep por El orfanato
José Luis Torrijo por La soledad

Mejor guión original
Icíar Bollaín y Tatiana Rodríguez por Mataharis
Ignacio Martínez de Pisón por Las 13 rosas
Gonzalo Suárez por Oviedo Express
Gracia Querejeta y David Planeeis por Siete mesas de billar francés
Sergio G. Sánchez por El orfanato

Mejor guión adaptado
Ventura Pons por Barcelona (Un mapa)
Laura Santullo por La zona
Félix Viscarret por Bajo las estrellas
Tristán Ulloa por Pudor
Imanol Uribe por La carta esférica

Mejor música original
Roque Baños por Las 13 rosas
Carles Cases por Oviedo Express
Míkel Salas por Bajo las estrellas
Fernando Velázquez por El orfanato

Mejor canción original
'Esa luz', de Luis Tosar, Piti Sanz, Santiago García de Leániz. Mataharis (descalificada)
'Fado da saudade', de Fernando Pinto Do Amaral, Carlos Do Carmo. Fados
'Glommy Sunday', de Lucía Jiménez. La caja Kovak (descalificada)
'Happy happy Chueca', de Diossa y Malyzzia. Chuecatown

Mejor dirección de producción
Juan Carmona y Salvador Gómez Cuenca por Luz de domingo
Martín Cabañas por Las 13 rosas
Teresa Cepeda por Oviedo Express
Sandra Hermida por El orfanato

Mejor fotografía
José Luis Alcaine por Las 13 rosas
Álvaro Gutiérrez por Bajo las estrellas
Ángel Iguacel por Siete mesas de billar francés
Carlos Suárez por Oviedo Express

Mejor dirección artística
Wolfgang Bumann por Oviedo Express
Edou Hidalgo por Las 13 rosas
Gil Parrondo por Luz de domingo
Josep Rosell por El orfanato

Mejor diseño de vestuario
Sonia Grande por Lola, la película
Lena Mossum por Las 13 rosas
Lourdes de Orduña por Luz de domingo
María Reyes por El orfanato

Mejor maquillaje y peluquería
Lourdes Briones y Fermín Galán por Oviedo Express
Lola López e Itziar Arrieta por El orfanato
Mariló Osuna Almudena Fonseca y José Juez por Las 13 rosas
José Quetglás y Blanca Sánchez por El corazón de la tierra

Mejor montaje
David Gallart por REC
Fernando Pardo por Las 13 rosas
Elena Ruiz por El orfanato
Nacho Ruiz Capillas por Siete mesas de billar francés

Mejor sonido
Carlos Bonmati, Alfonso Pino y Carlos Faruolo por Las 13 rosas
Licio Marcos de Oliveira y Bernat Aragonés por Tuya siempre
Iván Marín, José Antonio Bermúdez y Leopoldo Aledo por Siete mesas de billar francés
Xavi Mas, Marc Orts, Oriol Tarragó por El orfanato

Mejores efectos especiales
Reyes Abades y Álex G. Ortoll por El corazón de la tierra
David Ambid, Enric Masip y Álex Villagrasa por REC
Pau Costa, Raúl Ramanillos y Carlos Lozano por Las 13 rosas
David Martí, Montse Ribé, Pau Costa, Enric Masip, Lluis Castell y Jordi San Agustín por El orfanato

Mejor documental
El productor, de Fernando Méndez-Leite
Fados, de Carlos Saura
Invisibles, de Isabel Coixet, Win Wenders, Fernando León de Aranoa, Mariano Barroso y Javier Corcuera
Lucio, de Aitor Arregui y José María Goenaga

Mejor cortometraje de ficción
El pan nuestro, de Aitor Merino Unzueta
Padam…, de José Manuel Carrasco Fuentes
Paseo, de Arturo Ruiz Serrano
Proverbio chino, de Javier San Román
Salvador (Historia de un milagro cotidiano), de Abdelatif Abdeselam Hamed

Mejor cortometraje de animación
Atención al cliente, de Marcos Valin y David Alonso
El bufón y la infanta,
de Juan Ramon Galiñanes García
La flor más grande del mundo,
de Juan Pablo Etcheverry
Perpetuum mobile,
de Raquel García-Ajofrin Virtus y Enrique García Rodríguez
Tadeo Jones y el sótano maldito,
de Enrique Gato Borregán

Mejor cortometraje documental
Carabanchel, un barrio de cine, de Juan Carlos Zambrana
El anónimo Caronte,
de Toni Bestard
El hombre feliz,
de Isabel Lucina Gil Márquez
Valkirias, de Eduardo Soler

Goya Honorífico
* Alfredo Landa

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Monstruos y prodigios


El pasado mes de julio fue desenterrado Carlo Broschi, contratenor italiano más conocido como Farinelli que trabajo a las órdenes de la corte española y hasta llegó a ser nombrado primer ministro. Farinelli, conocido por la película del mismo título del belga Gérard Corbiau, es sin duda alguna el castrato más reputado de todos los tiempos, del cual se dice tenía un agudísimo y muy particular rango de voz con una potencia espectacular. Su exhumación fue realizada con el objetivo de estudiar las repercusiones de la castración sobre las cuerdas vocales y la laringe, así como a sus aspectos físicos.

Los castrati, como eran llamados los cantantes como Farinelli, fueron muy populares en la Europa durante el periodo que comprenden los siglos XVI y XVII hasta bien entrado el XIX, cuando la práctica de la castración fue totalmente prohibida. Alessandro Moreschi fue el último cantante castrado del cual se conservan archivos sonoros grabados en 1902.

Hace pocas semanas se estrenó una obra llamada Mostruos y Prodigios, dirigida por Claudio Valdés y que está recorriendo Europa, que recrea la vida de un castrato entre los siglos mencionados anteriormente. Aquí aparecen los castrati como los sex symbols de la época, que podían satisfacer a las mujeres sin riesgo de dejarlas embarazadas, por lo que eran considerados el ideal perfecto de amante. También aparecen en la obra escenas de hombres y mujeres que se desmayaban al oír estas melodiosas voces que parecían no eran de este mundo, de los caprichos notables que tenían o de sus jugueteos amorosos; por poner un ejemplo a Farinelli le gustaba seducir y hacer el amor como un cosaco, pero siempre remataba la faena su hermano.

El cometido de la obra es reconocer la brutalidad que había en la práctica de amputar los testículos a un niño y ver, pasados los años, si este valía para cantar o no. Más de cuatro mil niños que estaban enfrascados en la pobreza eran comprados a sus padres para ser castrados y recibir clases preparatorias de canto, sin que la mayoría una vez adultos sirvieran para interpretar y fueran dados de mano, consumiéndose en la pobreza y en el fracaso.

En estos tiempos sigue habiendo una elite de contratenores que actúan como los castrati aunque en realidad no lo sean. Y que usan el mismo repertorio y su voz es casi idéntica a la de estos genios líricos.
Philippe Jaroussky, David Daniels o Andreas Scholl son algunos de estos ejemplos, llamados castrados naturales por no haber sido sometidos a ningún tipo de intervención, aunque cantan así por la propia imposición de su voz.
Javier Medina, que interpreta la obra de Valdés, sin embargo puede cantar natural y fielmente como un castrato. Según dice, la gente se sorprende al escucharlo porque no se aventuran a resolver a qué género pertenece, si es hombre o mujer o si es un niño más crecido de la cuenta.
Causa tanta espectación como causaron estos extraños y misteriosos personajes siglos ha.

Los castrados fueron figuras trágicas y dramáticas que escondían tras de sí una etiqueta de juguetes humanos que habían sido creados por los propios hombres para el arte o mejor dicho para los incentivos económicos.
Por un lado guardan paralelismos hoy día con las estrellas de rock de nuestros días, eran los sex symbols de la época como las estrellas de Hollywood más cotizadas y por otro lado pendían de los hilos que manejaban los de arriba para explotarlos, como ocurre hoy día con tantos niños prodigio de estabilidad efímera.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Dos iguales para hoy: Diez años después de Dolly


Pronto no hará falta beber alcohol para ver doble; ni tampoco entrar en la sala de los espejos de cualquier feria de turno para verte repetido en contadas ocasiones, porque ya está aquí: la clonación humana.

Montones de veces hemos asistido al cine para ver películas que tenían como tema principal o se ha insinuado la clonación: Gattaca, El sexto día, Clonación, Mis dobles, mi mujer y yo, La isla, La ciudad de los niños perdidos, etc. Aunque quizá la más escalofriante de todas haya sido Los niños del Brasil que atiende a la posibilidad de clonar a una de las personalidades más diabólicas de la Historia Universal: Adolf Hitler.

Pues bien, hasta ahora se creía imposible traspasar esa barrera que parecía inquebrantable que era la de clonar embriones a partir de primates adultos. Sin embargo la Oregon of Health and Sciences University ha demostrado a partir de una investigación independiente que es totalmente posible. Al menos es lo que han publicado en un reportaje realizado para la revista Nature.

Este tema ha disparado la polémica de algunos sectores y organismos, entre ellos el Vaticano, que han pedido de forma explícita que la clonación embrionaria sea rotundamente prohibida.
El intento por conseguir un consenso mundial a favor de esta práctica ha fracasado. Entre otras cuestiones porque aún hay países en los que la religión tiene una presencia perseverante (véanse los países árabes, por ejemplo), otros son demasiado pobres para pensar en este tipo de cosas. A pesar de todo muchos países aprueban la clonación con fines terapéuticos y como manera de estudiar y frenar futuras enfermedades y problemas metabólicos.

Hace ya diez años de que la ovejita Dolly fuera presentada a la sociedad como avance científico. Tenía un año entonces, y el ovino animal dio la vuelta al mundo (polémica incluida) como el primer animal clonado de la Historia. Prácticamente esto no era cierto por dos motivos. El primero de ellos que ya se habían clonado otro tipo de animales como moscas de la fruta o ranas allá por los años 50; el segundo, porque Dolly no era del todo idéntica a su homóloga. Tenía fallos celulares, que provocaron la enfermedad que acabó con su vida en 2003.

Después de la oveja escocesa han clonado ya a cientos de especies como perros, gatos e incluso monos. También hemos visto algún que otro roedor que han desarrollado miembros humanos –como una oreja- en alguna parte de su cuerpo. El género humano cada vez está más cerca de hacerse un duplicado. Por una parte podría estar bien e incluso divertido ¿quién sabe?, por otro como en el caso de Los niños del Brasil podría ser fatal.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Tretas de mujer


Desde hace unas semanas y por primera vez en la historia de Argentina, una mujer ha sido elegida presidenta de la República; mandataria electa democráticamente, pero no la primera que dirige la Casa Rosada, ya que allá por los 70 gobernó el país del río de la Plata ‘Isabelita’ Perón -seudónimo de María Estela Martínez- que ocupó el sillón de su marido Juan Domingo Perón después de que este feneciera en 1974. Sin embargo, y pese a que fue Isabelita la única mujer que había presidido la nación, fue otra esposa de Perón, Evita, la que tuvo la capacidad de llamar a las masas porteñas, la madre del feminismo peronista, que sirvió de estrecho enlace del gobierno con los sindicatos y fue baluarte del mismo en el plano de las relaciones internacionales.

Con esta última (archiconocida por el musical de Lloyd Webber) se la compara a Cristina Fernández de Kirchner, nueva presidenta de una argentina en plena reconstrucción económica que ha funcionado en la legislatura de su esposo de la misma manera que la actriz de bruñidos bucles, intermediaria, consejera, portavoz y cara publicitaria del partido.

A Cristina le gusta coquetear con la prensa, con el mundo de la política y con los electores. Se habló antes del cierre de las urnas, sobre su candidatura, que no se le podía pedir que tomara las riendas de un país con hambre y problemas económicos a una mujer que tarda más de una hora en emperifollarse. Que se preocupa más de cómo va a salir en una foto y cuidar el maquillaje que cubre sus ya inminentes arrugas –síndrome de Sissi-, sin perder en ningún momento esa fotogenia que la caracteriza, como ocurrió otrora también a Evita.

A la de Kirchner también se le ha comparado con Hillary Clinton, porque ambas han respaldado las campañas políticas de sus maridos y los han secundado de cara al pueblo, para crear su imagen, y posteriormente han establecido un hueco dentro del panorama político respectivamente de cada uno de sus países. Para fortuna de la argentina ella ya maneja los hilos de la república, pero por el contrario la Clinton aún espera ansiosa que su partido la designe para poder luchar en las futuras elecciones.

El papel de la mujer en la política ha ido en aumento durante los últimos tiempos, cada vez son más influyentes, manejan altos cargos con una soltura infalible, y en alguna que otra ocasión han gobernado una nación. Margaret ‘dama de hierro’ Thatcher fue el primer prototipo de mujer-gobierno en Gran Bretaña; Angela Merkel lo es en Alemania; Ségolène Royal probó suerte en Francia y Manuela Gretkowska intentó por su lado entrar a formar parte del gabinete de gobierno polaco a lomos de su partido feminista. Recuérdese del mismo modo la carrera política de Illona Staller, alias Cicciolina, que no dudó en enseñar sus sinuosos pechos para conseguir votos u ofertarse en cuerpo (y no en alma) a Saddam Husein con el fin de conseguir la paz en Oriente Medio.

martes, 23 de octubre de 2007

Sobre dos, que cayeron en picado


La gemelocracia polaca tocó fondo el pasado fin de semana. Eran muchos los que auguraban un destino fatal para el gobierno de los ultraconservadores católicos que han sido inscritos en la Historia como la legislatura más corta jamás desempeñada en la joven democracia polaca.

En las elecciones generales celebradas en Polonia en 2005, como consecuencia de los fallos de anteriores gobiernos en el poder, fueron elegidos como altos mandatarios de la república los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, como Presidente de la República y Primer Ministro respectivamente. Ambos pertenecientes al partido Ley y Justicia, resultado de los coletazos del antiguo sindicato en el poder Solidaridad y del partido Alianza Democrática de la Derecha, crearon una política derechista y ultraconservadora que pretendía implantar un régimen autócrata y personal (hasta el punto de no tener buenas relaciones con Europa pese a que su propio partido es ampliamente europeísta), además de restablecer la pena capital y luchar en la contra de la práctica de la eutanasia, el matrimonio homosexual o la legalización de las drogas.

Como en una película de aventuras, reseñemos que los Kaczynski protagonizaron un filme épico en los 60 titulado Sobre dos, que robaron la luna, los dos gobernantes tomaron la empuñadura de la espada para empezar a cortar a diestro y siniestro las libertades, de las que los polacos gozaban tras el derrocamiento del comunismo por parte –paradójicamente- de Solidaridad hace apenas 2 décadas, limitándolas tan sólo a unas cuantas.

Aliados fieles del Vaticano por aquello de que Juan Pablo II, artífice de la transición con ayuda de la CIA, era a la par polonés, los gemelos Kaczynski llamaron la atención el pasado periodo estival por vetar la programación de los teletubbies en la parrilla televisiva al considerarlos fomentadores de la homosexualidad; igual trato recibió la punzante serie británica de culto Little Britain que fue prohibida ya de antemano por contener en sus múltiples sketches algunos personajes de naturaleza gay, de entre todos ellos: un cura.

El “neopuritanismo” que deseaba instaurar el gobierno no terminaba de calar entre la población enmarcada en un entorno dentro de la comunidad europea en constante cambio. La prohibición de que personas del mismo sexo fueran sorprendidas de la mano o besándose en lugares públicos, las patrullas policiales en las playas persiguiendo a mujeres en topless con penas de multa, la censura a los medios de comunicación, la utilización de cámaras de vigilancia en las escuelas o la renuncia a utilizar anestesias en los pacientes en los hospitales públicos, sumado a los incesantes casos de corrupción dentro del gobierno, particularmente el caso de el ex-viceprimer ministro Andrzej Lepper, provocaron las unánimes protestas del pueblo polaco que se tradujeron en una contestación en forma de elecciones, perpetrándose estas dos años antes de finalizar la legislatura.

El partido Ley y Justicia consideró en su momento que era cierto el que hubiesen tenido lugar una serie de errores dentro del gobierno, pero en ningún instante se retractó de todas las innecesarias medidas adoptadas por la administración, que más que progreso suponía un retraso garrafal e inquisitorio dentro de la sociedad.
Sin embargo los polacos no perdonan y decidieron repartir sus votos entre los candidatos electos, saliendo vencedor, tras una jornada electoral que fue tildada de caótica (las más concurridas desde 1989), el representante del partido liberal Donald Tusk (Plataforma Cívica), que aseguro poco después de su elección que estaba agradecido a todos los polacos que lo habían votado porque así demostraban que amaban a su país.

Ahora Tusk afrontará el desafío de solventar los destrozos coyunturales de un país cada vez más presente en la Unión Europea.
Su reto será el de deshacer el nudo gordiano trabado por Kaczynski (Jaroslaw en éste caso, ya que Lech seguirá como Presidente de la República hasta nuevas elecciones presidenciales), que esperemos que como ocurrió al Gran Alejandro sea de forma rápida, certera y de un sólo golpe.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Hollywood a la caza de Kane


Rosebud, Rosebud… Esta frase es la chispa que enciende la mecha de la considerada como mejor obra fílmica de todos los tiempos, Ciudadano Kane, a causa de la cual un dicharachero periodista comienza a investigar, llevando a cabo una serie de entrevistas a diversas personalidades, la vida de Charles Foster Kane, el magnate de la prensa amarilla basado como todos sabemos hoy día en el astuto y malogrado William Randolph Hearst.

La cinta obtuvo inmediatamente tras su estreno una acogida asombrosa, tanto por parte del público como por la crítica. Sólo los sectores más cercanos a la prensa de Hearst intentaron boicotearla.

Orson Welles fue considerado un genio en el que fue su primer filme, dirigido con apenas veinticinco años. Considerado un niño prodigio durante su infancia, el orondo actor/director en su madurez puso voz a aquellos ataques marcianos de La guerra de los Mundos en la versión radiofónica de la CBS, que provocó el éxodo inmediato de los habitantes de Nueva Jersey.
Gracias a este afortunado acierto, fue llamado por la RKO firmando un millonario contrato por el cual tenía la libertad de escribir, dirigir, protagonizar y producir algunas películas.
Welles lo tuvo muy claro desde el principio, una de sus ideas era llevar a la gran pantalla una adaptación de El cuarto mandamiento, novela de Booth Tarkington ganadora del Pulitzer, que realizaría después de Ciudadano Kane. El guión de esta última estaba basado en una idea original del propio Welles, contando con la ayuda –ya que era el primer guión al que se enfrentaba- de Herman J. Mankiewicz –hermano de Joseph L. Mankiewicz- junto al cual ganaría el Oscar al mejor guión cinematográfico original, único de los nueve a los que aspiraba la película.

El Oscar, único de la carrera del director de Winsconsin, se ha convertido en manzana de la discordia entre productores, cinéfilos, académicos, coleccionistas, subastadores y pujadores. Es ahora que sale a subasta por mediación de Sotheby’s cuando vuelve a molestar la espiníta en la Academia de Hollywood.

Desde el año 1950 la entidad de Los Ángeles prohibe terminantemente bajo contrato la venta o trueque como valor de cambio de la estatuilla dorada, sin antes venderla a la Academia por el simbólico precio de 1 dólar.
Hasta entonces la cosa había ido bien, nadie había intentado consumar la hazaña con antelación; sin embargo el avispado de Welles tuvo la osadía de deshacerse de él, a espaldas de la Academia por supuesto, regalándolo como pago a un realizador por un trabajo que había hecho. Éste realizador lo tuvo guardado en su casa hasta que lo sacó de nuevo a la luz, momento hasta el cual se consideró perdido.

Años después sería reclamado por Beatrice Welles –la hijísima- como herencia familiar y el juez de turno decretó que fuera suyo. La Academia estuvo contenta mientras duró el romance entre la estatuilla y la señorita Welles, pero tras un intento de subasta emanaron los recelos de la Academia de Hollywood, que intentó evitar que la gesta se realizara correctamente.

Finalmente en 2003 el Oscar fue vendido a una organización dedicada a la salud y la educación llamada Dax Foundation, responsable de sacarla ahora a puja.

Aunque se ha recurrido, vía legal, a la propiedad de la Academia sobre el Oscar, en realidad éste nunca ha estado sostenido bajo ningún contrato puesto que en 1941, año en el que fue concedido, no existía la “ley” académica de propiedad absoluta sobre el monigote de la espada.

Como ocurrió con los premios que recibió Lo que el viento se llevó (el de mejor película que alcanzó la cifra de venta de 1,5 millones de dólares, y el de Vivien Leigh a la mejor actriz que se saldó por 550.000 dólares), al Oscar de Ciudadano Kane le espera una subasta movidita. Se especula que alcance la cifra de 1,2 millones para cuando sea subastado el próximo 11 de diciembre en la casa de subastas de Sotheby’s en Nueva York. Allí mandará la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood un séquito de postores para intentar terminar así con un final feliz esta larga historia.

Dijo alguna vez Orson Welles que lo peor de todo es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude.

Pues eso, suerte para la Academia.

sábado, 13 de octubre de 2007

Oriente es (a medias) Occidente


Oriente va sufriendo -lentamente- un proceso de ¿occidentalización? que va quedando marcado por los pequeños detalles que quedan latentes en el día a día, en la vida cotidiana.
Es el resultado de la globalización y de la ley de la oferta y la demanda que no entiende de fronteras, y que sólo tiene como objetivo alcanzar todos los mercados posibles donde y como sea para generar los mayores beneficios.

En el año 2002 un empresario y político francés de origen tunecino ante la demanda de productos no alcohólicos en los países árabes (con un mercado cada vez más aperturista a la economía occidental) y como forma de plantar cara al imperialismo yanqui, lanzó al mercado un producto estrella dirigido al consumidor islámico: la Mecca-Cola.
El refresco, duro competidor oriental de la Coca-Cola, viene generando desde entonces unos ingresos de escándalo, y es a día de hoy objeto de estudio para los economistas debido a la rapidez con la que ha conseguido hacerse un sitio en el mercado y convertirse en producto esencial dentro del seno de la familia islámica.

Cinco años después, la empresa norteamericana Noorart Inc ha sacado al mercado una muñeca que a las pocas semanas de salida ha logrado a convertirse en éxito de ventas en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia. Se trata de Razanne, una copia burda de la Barbie de toda la vida que a diferencia de esta luce un tono de piel más oscura, cabello y ojos castaños, velos y trajes a la usanza islámica y ¡hasta una alfombra para rezar!
Razanne tiene más de veinticuatro versiones distintas, aunque quizás la favorita de las niñas sea la Praying Razanne (Razanne oradora) que tiene como accesorios un traje especial para rezar, una alfombra (ya citada anteriormente) y una versión en miniatura del Corán. Otra de las mejor vendidas es la Razzane In and Out, que trata de demostrar en esta peculiar versión como es la vida de la mujer musulmana dentro y fuera de casa, combinando los trajes típicos y elementales de vestir cuando se sale de casa, con los que se pueden llevar dentro de ella (incluye modelitos fashion a la última).
Por curiosidad Razanne no es ni por asomo ni la primera ni la única en el mercado que haya sido creada especialmente para las niñítas de Alá. El año pasado sin ir más lejos apareció en Oriente Medio la muñeca Fulla, de la que se vendieron más de 1.500.000. Para entonces ya estaban en el mercado los primeros prototipos de Razanne y otra muñeca llamada Sara que pasó con más pena que gloria.
También la Mecca-Cola ya tenía una competidora cuando salió al mercado ya que una empresa iraní comercializaba la ZamZamCola, que a día de hoy ocupa el segundo puesto de ventas. Más tarde aparecería la Quibla Cola que ha enfocado sus ventas a un mercado más amplio llegando a considerarse la Mirinda de Oriente Medio.

Si estos productos han conseguido ventas mayores ha sido lógicamente para competir con otros que se consideran fuertemente occidentales. Pero lo cierto es que no se mira más allá de lo que puedan representar a primera vista. El que sólo se comercialice por estos países o esté indicado para ser vendido a familias musulmanas es sólo un enfoque estratégico que las empresas de publicidad y marketing prestan a las compañías. La Mecca-Cola tiene sede en Francia y no sería de extrañar que guardara sus ingresos en bancos de la vecina Suiza, por lo tanto los beneficios quedan fuera de tierras árabes. Con Razanne la historia vuelve a ser la misma. La beneficiosa muñeca de piel dorada se fabrica, empaqueta y distribuye directamente desde Michigan.

Pero Razanne no fue creada para competir directamente con la Barbie, sino para buscar un mercado fijo dentro de un entorno específico. Las niñas musulmanas nunca podrían sentirse identificadas con otras muñecas que no tuvieran las características de esta. Por eso es aquí donde se fundamenta primordialmente el éxito ejecutado por esta empresa.
Noorart Inc también podría haber vendido muñecas de plástico análogas a Barbie en EEUU, pero habrían tenido que cerrar en el primer mes de producción.
Entre tanto hay que considerar que es el enfoque que se de el que tiene la palabra en el mundo de los negocios, y si no que se lo pregunten a los publicistas de Dove.

miércoles, 10 de octubre de 2007

El gato que cambió las botas por sandalias (a.k.a. Joseph y Chico)


Es curioso como el arte imita a la realidad y la realidad al arte; la vida a la ficción y viceversa.

En los años de la “milagrosa” generación que cambió Hollywood –entiéndase por esta a aquella de los tiburones y los extraterrestres, espadas de luz y taxistas perturbados, mafiosos y exorcismos- allá por los 70, un judío de mediana estatura -y no se trata de un clarinetista por todos conocido- discípulo de Kubrick, manejó a su suerte y a contracorriente del gusto del público de la época un género en decadencia y que no volvería a florecer hasta finales de los 90 y principios del presente siglo por obra y gracia del cine independiente: la comedia dramática; cosechando notables obras como Bob&Ted&Carol&Alice (1969) o Una mujer descasada (1978), de entre las cuales sobresalía una pequeña joyita llamada Harry y Tonto (1974) que narraba la historia de un viejo profesor viudo que emprendía un viaje de Nueva York a Los Ángeles acompañado de su fiel gato Tonto.

Curiosamente esta semana se publicó un libro que guarda similitud en cuanto al título de la película y en lo que a personajes se refiere. Joseph y Chico (que es como se titula) cuenta a través de los ojos de un gato la vida de su amo, que no es nada menos que el Papa Benedicto XVI. En realidad el “cuento” por así llamarlo, narra a modo de biografía -atención- autorizada la vida del pontífice desde su más tierna infancia en Alemania hasta su elección como Suma Autoridad. Lo más extraño de todo es que Ratzinger haya dado el visto bueno al libro, por lo que no es de extrañar que más de uno piense por Italia que lo haya hecho para quitarse el sambenito que lo persigue desde que lució por primera vez la tiara; popularmente es nombrado jocosamente por el pueblo romano como el “pastore tedesco” –literalmente pastor alemán- y todos sabemos de buena tinta que los perros y los gatos no se llevan bien, por eso será que el gato sea la voz omnisciente del relato y que cuente todas las bondades de las que su amo ha sembrado el mundo. Por su parte el sacerdote Ganswein, mano derecha del Pontífice, a escrito el prólogo de la primera edición y como cabría esperar exalta lo maravillosa que puede llegar a ser la lectura del libro al que califica como “verdad y muy interesante”.

Benedicto puede que sea aficionado tanto al fútbol –la recién fundada Clericus Cup se a producido bajo su pontificado- como a la literatura, ya que por lo que se ve la jugada le está saliendo redonda, no podía tener mejor publicidad de sí mismo. Es en este preciso punto donde empiezan a confluir la ficción y la realidad, o mejor dicho la realidad que se quiere parecer a la ficción o la ficción que quiere maquillar la realidad.

Woody Allen (ahora sí) en su película Misterioso asesinato en Manhattan (1993) refleja magistralmente en la medida escena final, entre los bastidores de un teatro antiguo y bajo los efectos ópticos producidos por los espejos, la solución a la hipótesis sobre que la vida es la que imita al arte (entendido como ficción) y no al revés.

Sin ir más lejos, el australiano Morris West escribió Las sandalias del pescador de manera fortuita con el único objetivo de poder seguir comiendo. La novela, que al poco tiempo se convirtió en tiras de celuloide, alcanzó la cota máxima de ventas década y media más tarde como consecuencia de la elección de Karol Wojtyla como Papa, cuya vida era casi calcada a la del protagonista Ciril Lakota. Al igual que este también estuvo trabajando en una cantera o fue igualmente precursor de un lavado radical de imagen al Vaticano; además, como en la novela, Wojtyla fue el primer cardenal de un país del este en ser nombrado Papa. Desde entonces West es sinónimo de profeta.

A diferencia, Joseph y Chico cuenta las peripecias de dos amigos, dos vidas unidas por un estrecho lazo de fidelidad, que están aderezadas con pasajes que invitan al lagrimeo fácil, como aquel en el que el amigo felino salva a su amo de morir ahogado como si de una versión moderna (alterada y santificada) del cuento de Perrault se tratara. Por todo esto podemos deducir que ni Joseph (el del relato) es ni por asomo el Lakota de West, ni tampoco el Harry de Mazursky. Aunque ¿quién sabe? A lo mejor algún día su Santidad decida huir de la monotonía vaticana y emprenda un viaje a sus orígenes acompañado de Chico.

El libro, escrito por milanesa Jeanne Perego, saldrá publicado la próxima semana no exento de polémica. Para ello la editorial Messagero di Padova a lanzado una campaña de promoción dirigida exclusivamente a los niños.

Si la fórmula funciona, no sería extraño que publicaran una segunda parte titulada Joseph e Ingo, el golden retriever que acompañó a Ratzinger durante su estancia en Baviera.